Cada vez que se anuncia un
nuevo documental sobre Elvis, los fans no podemos menos que preguntarnos...
► ¿Habrán hecho las cosas
bien esta vez?
► ¿Qué errores encontraremos?
► ¿Nos tendremos que tragar de nuevo ‘la historia
oficial’?
► ¿Tendremos oportunidad de ver nuevo
footage de Elvis?
En este análisis
trataremos, desde nuestro punto de vista, y después de haberlo visto completo
más de una vez, de responder a estos interrogantes.
En primer lugar, la
realización cinematográfica parte desde una concepción más moderna, y el
trabajo de edición es superlativo, lo cual le da un dinamismo vertiginoso que
hace transcurrir las más de tres horas de duración en una forma amena y
llevadera.
El comienzo de “The
Searcher” se focaliza en la ambientación socio-cultural a la que Elvis llegó.
Las culturas negra y blanca, la situación de posguerra, el Sur profundo
norteamericano. Una semblanza muy bien plasmada, ayudada por un footage
extraordinario de las décadas previas al surgimiento del Rock’n’Roll.
Lo que diferencia quizás a
este trabajo de otros anteriores, es que esta vez (¡por fin!) se ha hecho
hincapié en el incomparable legado musical de Elvis Presley, usando su
biografía personal sólo como el trasfondo necesario para sustentar algunos
hechos concretos.
Para destacar, el
comentario de Red West sobre la capacidad de Elvis para absorber lo que estaba
a su alrededor. La famosa “esponja” de la que hemos hablado tantas veces.
Resulta reconfortante
escuchar a verdaderos expertos en Elvis como Ernst Jørgensen, Jon Landau y Dave
Marsh. Otras contribuciones no son tan felices, como el caso de Priscilla
Wagner, aquí acreditada como “Presley”. Es tan auténtica como un billete de
tres pesos, con una vocecita de “nena buena” que a todas luces suena guionada, y
no aporta demasiado. Seguimos teniendo pendiente un buen documental en el que
“no meta la cuchara”.
Otro error IMPERDONABLE es
la omisión de Marion Keisker, la verdadera descubridora de Elvis.
El “bueno” de
Sam sigue llevándose los laureles.
En resumen, tenemos un mix
entre la historia oficial (inevitable cuando están Priscilla y Jerry Schilling)
y un trabajo de investigación hecho a conciencia por el resto de los
productores. Muy positivo, que los narradores sólo aporten su voz en off, ya
que ello evita que la atención se disperse.
Para los fans hardcore, hay
footage sumamente emocionante de muy buena calidad (“Burning Love” del ’72 y
“American Trilogy” del ’74), como así también decenas de fotos jamás vistas. Un
detalle simpático: el juego entre el niño andando en bicicleta y el Cadillac,
trazando un simbolismo con el título del documental.
Robbie Robertson, uno de
los narradores, dice, refiriéndose a la noche en que Elvis grabó “That’s All
Right”: “...el momento en que cambió el mundo”. Y en este trabajo, queda muy
bien reflejado.
© CARLOS R. ARES &
CLAUDIA LEON
Nota: UDS. ¿qué opinan?
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