Recuerdo vívidamente que al llegar a su casa, ya estaba preparado y encendido el grabador a cinta abierta cargado con un carrete de 60’.
Me dijo: “…no lo vas a poder creer”.
Sabiendo el impacto que me iba a causar (ambos somos “enfermos” del Elvis modelo ‘61), presionó el “PLAY” y se fue de la habitación dejándome a solas con Elvis en Pearl Harbor. Por poco me desmayo cuando escuché a un desaforado Elvis aullando “about-a-hotta-day”.
¡Jamás lo había escuchado así!
De ahí en más fue un puñetazo tras otro hasta desembocar en la descontrolada PERRA BUSCONA del final. Como lo titulé en la ELVIS HOY #4: EL ÚLTIMO DESENFRENO.
Después de escucharlo por segunda vez, y mientras mis pulsaciones volvían lentamente a la normalidad, Paul me habló de su proyecto para editarlo en forma “no-oficial”.
Esto no sucedería hasta un par de años más tarde, cuando por fin publicó el ELVIS AND HIS SHOW Lp. En mi concepto, el mejor Lp no-oficial de toda la historia.
Si quieren saber por qué teniendo la cinta, esperó tanto tiempo para editarlo, la respuesta es que quería conseguir fotos del concierto y los comentarios de la prensa de esa época, para ilustrar el libro que acompañaba al disco. Si eso no es amor por el artista, me pregunto qué lo será…
Sin dudas, el mejor souvenir que me traje de ese viaje fue una copia de esa cinta master original que por supuesto aún conservo.
© CARLOS R. ARES
