El 13 de Mayo de 1955, la gira llegó a Jacksonville, Florida.
14.000 personas estaban apretujadas como sardinas en el estadio
abierto, cuando Presley subió al escenario. Mae Boren Axton (que
escribiría para él “Heartbreak Hotel”) co-promotora del show, se lo
había anticipado durante la cena: “...esas adolescentes te van a
desgarrar la ropa para llevársela en pedacitos como recuerdo”.
Elvis se meneó y agitó como nunca en su set que incluyó “Good Rockin’
Tonight” como cierre, y antes de bajar del escenario, gritó:
“...gracias, damas y caballeros; y a ustedes, chicas, las espero en el
backstage...”.
Esto sólo era parte de su rutina, pero esta vez, las chicas se lo tomaron en serio.
El cordón policial escoltó a Elvis hacia los camarines, y todo parecía
normal. Hasta que alguien se dio cuenta de que una puerta lateral que
conducía por un agujero al camarín, había quedado abierta.
Recuerda Axton: “...antes de que pudiéramos reaccionar, más de cien chicas aullantes se habían colado y atropellaron a Elvis”.
Le arrancaron el saco, la camisa, la corbata, el cinturón y hasta sus zapatos.
“...Elvis pudo soltarse y se trepó a la parte de arriba de una ducha y
gritó mi nombre”, dice Axton, “...llamé a la policía para evacuar el
cuarto. Cuando vi como había quedado Elvis, me dio lástima. Cuando
salimos, el Cadillac de segunda mano del que estaba tan orgulloso,
estaba tapado de nombres de chicas, arañados en la pintura”.
Dos años después, cuando estos desmanes eran cosa corriente en sus
shows, declaró en una entrevista: “...he sido arañado, mordido y todo lo
que se te ocurra. Yo lo acepto con una mente amplia. No tratan de
herirte. Sólo quieren pedazos tuyos como recuerdo. Una multitud de gente
puede herirte sin saberlo.
Fuente: ELVIS PRESLEY – El Hijo de América
© CARLOS RODRÍGUEZ ARES